EL MANUSCRITO VOYNICH
Los primeros poseedores de este manuscrito creían que su autor era Roger Bacon, un filósofo y científico inglés de principios del siglo XIII. Sin embargo, un estudio realizado en Arizona en el año 2009 arroja, con una probabilidad de acierto del 95% y un margen de error no elevado, en caso de ser fallida la datación, que fue fabricado a principios del siglo XV y escrito e ilustrado al cabo de poco tiempo. De esta forma, se tiene constancia por primera vez de la existencia del libro en 1552, cuando Rodolfo II fue su poseedor. A partir de él, llegó a las manos de un estudioso, un matemático, un alquimista y un filósofo, presumiblemente, hasta que en el año 1680 el libro pasó a la biblioteca del Collegio Romano, donde permaneció olvidado.
Escultura de Roger Bacon |
Finalmente, 1912 este manuscrito despertó el interés de Wilfrid Michael Voylnich, que lo compró junto a otros códices por un disminuido precio, ya que la orden necesitaba fondos para emprender un proyecto de reparaciones. de esta forma, este humilde químico se hizo con uno de los libro más misteriosos del mundo. A su muerte, su mujer heredó el libro y en el año 1961 los herederos lo vendieron a Peter Kraus por la suma de 24.500 dólares. Tras intentar venderlo, sin éxito, lo donó a la Universidad de Yale.
Fotografía de Peter Kraus con el Manuscrito Voynich |
MISTERIO
Las razones por las que este manuscrito es uno de los más valiosos y enigmáticos del mundo son múltiples. En primer lugar, es antiguo, está bien conservado y ricamente ilustrado. Hay hipótesis que aseguran que se trata de una excelente falsificación, realizada por un estafador para sacar una fortuna a algún ignorante comerciante o noble, sin embargo, hay pruebas de que las palabras del manuscrito sí tienen sentido y no son fruto de la aleatoriedad:
El texto obedece la Ley de Zipf, que enuncia que en todos los idiomas la frecuencia con la que aparecen las palabras es inversamente proporcional a cuán larga sean; y la Ley de la entropía, "todas las palabras de mayor número de caracteres aportan más información que las de un número inferior". De esta forma, en los pies de página de una planta (donde lógicamente habría de estar puesto el nombre de la especie ilustrada) aparecen palabras singulares, que no podemos ver en el resto de texto del libro.
Además, ciertos análisis de la caligrafía han demostrado que fue escrito con fluidez, sin vacilar en cómo escribir una letra o palabra, lo cual determinaría que sería una excelente y muy trabajosa falsificación...
Otra página de manuscrito, de lenguaje desconocido. Se trataría de un alfabeto con un número aproximado a las treinta letras o caracteres. |
Otra grandísima singularidad del libro son las ilustraciones, y no solo por el exquisito detalle con el que fueron dibujadas. El libro está dividido en secciones, según su temática: herbario, recetas, astronomía, cosmología y biología. cabe destacar que de todas las especies de plantas representadas, los herboristas únicamente han identificado un par existentes, las demás, desconocidas (e incluso algunas han sido reconocidas y se encuentran extintas). Aunque las ilustraciones que se ganaron con creces el asombro de los estudiosos fueron las de galaxias y células, cuando ni el telescopio ni el microscopio habían sido inventados...
Les dejo con unas fotografías y seguiré al tanto de más artículos que traten de este formidable hallazgo,
¡Un saludo! :D
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